Sinopsis:
Kate Bolick
creció pensando que acabaría casándose. Incluso tenía una fecha límite para
hacerlo: los treinta años. Se concedió hasta entonces para estudiar,
experimentar y decidir qué hacer con su vida profesional. Sin embargo, cuando
llegó a la treintena ese deseo de casarse se había evaporado. Una nueva década
cargada de ambiciones se abría ante ella. Y el matrimonio se convertía en una
molestia. K. Bolick no ha escrito un libro de autoayuda ni una guía
inspiracional. A través de su mirada y de su experiencia consigue explicar cómo
la literatura de Edna St.Vincent Millay, Maeve Brennan, Edith Wharthon, Neith
Boyce y Charlotte Perkins Gillman la ayudaron a apasionarse, a no buscar en los
demás sino en ella misma, a vivir como una mujer que no necesita de nadie para
construir su identidad.
Reseña:
Dime, ¿Qué
pretendes hacer con esa vida tuya, salvaje y preciosa?
Para mí es como un compendio de biografías e historias de las escritoras solteras que la autora admira fervientemente. Creí, que se trataba de una especie de manifiesto a las solteronas.
Pienso que la mayoría de sus decisiones, porque también hace alusión a una etapa de su vida, las tomó sin pensar. Cómo si se tratara de una adolescente, a pesar de que ya estaba muy por encima de los veinte. Todo, creo, lo hizo siguiendo las ideas de esas cinco “despertadoras”, de las cuales, me parece que dos se casaron. Mujeres solteronas, que hicieron algo con sus vidas.
El libro llega muy tarde a mi vida, supongo que, si lo hubiera leído un par de años antes, tal vez habría dicho que estaba excelente. Ahora, viéndolo desde el punto de vista de mi vida actual, siento que a Kate le falta experiencia, y es que ¿Cómo se puede hablar del matrimonio sin vivirlo? Es como cualquier otro tema, debes tener experiencias. Creo que aún le falta madurar un poco como persona y eso se cuela en el libro, que fácilmente lo lees entre líneas.
Por supuesto, aprendes mucho, ya que maneja, dentro de su escrito, muy buenos libros, tanto clásicos como feministas. Así que, hay que tener a la mano un la libreta y pluma, en caso de que quieras ahondar más en alguno de esos temas.
Frases:
Con quién casarse y cuándo: estas dos preguntas
definen la existencia de toda mujer, con independencia de dónde se haya criado
o de qué religión practique o deje de practicar.
Otras posponen lo inevitable todo lo que
pueden, la emoción de la incertidumbre cada vez mayor con los años.
ahora sé que una casa es un libro, sólo que no
de los que estamos acostumbrados a leer.
Cada uno de nosotros es un museo que abre sus
puertas en el momento en que nacemos y tiene a la memoria como único
conservador.
Lessing Las cárceles elegidas
La otra cara de esta suposición colectiva es
que a la mujer soltera siempre se la ha estigmatizado como una solterona vieja
y solitaria con demasiados gatos, por
Esto también significa que, a pesar de no ser
pocas, las solteras se consideran siempre una anomalía, una aberración con
respecto al orden social.
(En 2006, la doctora en psicología social Bella
DePaulo acuñó el término singlism [solterismo] para referirse a la
«estereotipación, estigmatización y discriminación de las personas que están
solteras».)
La voz spinster [solterona] sigue una
trayectoria inversa. Surgió en la Europa del sigloXVcomo forma honorable de
describir a las chicas, en su mayoría sin casar, que se dedicaban a hilar como
medio de vida (una de las profesiones más respetables a las que podía aspirar
una mujer).
No fue hasta la época de las colonias
americanas cuando spinster pasó a ser sinónimo del término en inglés británico
old maid [moza vieja] en un acto de menosprecio que invoca cruelmente a maiden
[doncella]
Durante los juicios de Salem, en 1692, de las
casi doscientas personas acusadas de brujería (todas ellas procedentes de los
pueblos agrícolas y las poblaciones costeras entre las que crecí), la mayoría
eran mujeres adultas que vivían en los márgenes de la sociedad, ya fueran
madres solteras pobres o viudas cuya riqueza despertaba envidias.[5
(En la antigua Roma, las repetidas campañas
militares agotaron de forma tan drástica la cantidad de hombres libres
casaderos que algunas solteras trataron de casarse con esclavos, lo que suscitó
una enorme resistencia en la población.)
Betty Friedan en 1963 con La mística de la
feminidad
La segunda ola del movimiento feminista que
surgió a finales de los sesenta se había hecho gigante a principios de los
setenta;
Betsy Ross (aunque no entendía por qué alguien
que había cosido una bandera merecía un libro entero).
He salido al mundo, una bruja poseída, rondando
el aire negro, más valiente por ello; soñando el mal, he sobrevolado las casas
planas, de luz en luz:
nuestra sociedad nos dice que una solterona es
alguien sin futuro no una mujer que corre hacia él.
«La infancia es el reino donde nadie muere»,
escribió Edna Millay.
Si tienes suerte, tu hogar no es sólo el lugar
del que te vas, sino también un lugar al que un día llegas.
Siempre hemos vivido en el castillo, de Shirley
Jackson,
A menos que una mujer naciera con posibles, el
matrimonio era una necesidad monetaria y social, la única oportunidad de salir
del nido familiar y (con suerte) garantizarse la posición económica propia y de
sus futuros hijos. Como observó la historiadora
La emancipación con respecto a la prisión
doméstica supuso ventajas incontestables para todo el mundo, pero tuvo un
precio. En un entorno de trabajo dominado por los varones, la mujer no tenía
que enfrentarse sólo al sexismo, sino también al aprieto de ser considerada una
novedad, una inmigrante en su propio país, lo que la obligaba a buscar la forma
de reconciliar su género con su ambición.
Él fue mi norte, mi sur, mi este y oeste. Mi
semana laboral y mi descanso dominical.
Una noche, después de mucho vino, hice que el
taxi se detuviera y salí de él reptando al tiempo que gritaba: «¡Que sepas que
yo no soy tu concubina!».
Lo que me preocupaba era que se diera por
sentado que, al ser yo una mujer de treinta y pocos, tenía que estar
«desesperada» por casarme.
Más adelante te enviaré una nota sobre la
diferencia específica entre los escritores que poseen la confianza natural que
les viene otorgada como derecho de nacimiento y los pocos escritores que se ven
impulsados por la valentía antinatural derivada de la falta de alternativas. A
veces es así: algunos caminan sobre una cuerda floja y otros siguen sobre la
cuerda floja o siguen caminando incluso después de darse cuenta de que la
cuerda ya no está.
Creo que hay dos clases de persona: una saca la
energía de dentro y reparte personalidad todo el tiempo y la otra saca la
energía de los demás y siempre está recibiendo.
Dime, ¿qué pretendes hacer con esa vida tuya,
única, salvaje y preciosa?
Puedes leerlo aquí
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