Sinopsis:
Chorley es una de las novelas biográficas
firmadas por Bernabé Alatorre Ríos que estamos publicando. Este libro trata de
la vida de Leonora Carrington, uno de los nombres de destaque en el
Surrealismo. De acuerdo con la visión del crítico Fermín I. Llamazares L.,
“Chorley representa un reto del autor Bernabé Alatorre Ríos para montar su obra
escrita sin perder, por un lado, la tonalidad imaginativa surrealista de una
artista de la talla de Leonora Carrington. Por otro lado, la secuencia de
imágenes ricas en experiencias y personajes, que se suceden dentro del mundo e
ingenio de una niña que nunca se pareció a nadie. Fue criada en una cultura de
idiosincrasia, prodigiosamente ataviada en leyendas y seres de la mitología celta
que pueblan el libro Chorley.” Bernabé Alatorre Ríos (México, 1949) es narrador
y ensayista, autor de cuentos y novelas biográficas. En 2009 ha publicado la
novela Mi vida es un desastre. 2018 fue la vez de sorprender a sus lectores con
Seclusia, un relato sobre el jardín surrealista de Xilitla, de Edward James.
Chorley es un viaje fascinante por la vida y obra de esa magnífica artista.
Reseña:
"Tan desesperada soy que nací tres meses y un día antes de la fecha que debí haber nacido. No soporté estar más tiempo en el vientre de mi madre."
Chorley, el lugar de nacimiento de Leonora
Carrington, una de las mujeres más surrealistas tanto en prosa como en pintura.
No sabía de su existencia porque hasta ahora, en las biografías que había leído
pasaba desapercibido, hasta este libro, que hace de este lugar, su nombre.
Esta obra logra retratar eficazmente tres aspectos importantes de la vida de Leonora: su infancia, donde a todas luces se desarrolló su ojo onírico, su vida adulta, que le proporcionó el éxito que ella pretendía, y su situación después de la muerte, esto por la fundación de su museo en San Luis Potosí.
Esta obra logra retratar eficazmente tres aspectos importantes de la vida de Leonora: su infancia, donde a todas luces se desarrolló su ojo onírico, su vida adulta, que le proporcionó el éxito que ella pretendía, y su situación después de la muerte, esto por la fundación de su museo en San Luis Potosí.
Leonora es una mujer poco convencional, que,
encerrada en su mundo onírico, hace las más asombrosas construcciones pictóricas
y escultóricas. Dicen que la mayoría de las inspiraciones, tanto en música como
otras artes, llegan de los sueños. Ella comulgaba con los suyos como grandes
amigos, como si se tratara de personas comunes.
Me llama la atención, como el autor, juega
nuevamente con el número siete, número que también persiguió a otra pintora
surrealista: Frida Kahlo. Supongo que, siendo ambas compañeras del mismo arte y
misma corriente, no debería extrañarse sus coincidencias.
Del libro rescato que, Leonora es una mujer que ha sufrido bastante. Tuvo una niñez incomprendida por su familia, una juventud donde pierde al amor de su vida en manos de los nazis, y una vida adulta en la pobreza. Sin embargo, pese a todo, tenía algo que le daba felicidad: sus pinceles y sus personajes. Eso es lo que hace despertar día a día y pintar sonriente a la luz del sol que cuela por las ventanas de su cocina.
Del libro rescato que, Leonora es una mujer que ha sufrido bastante. Tuvo una niñez incomprendida por su familia, una juventud donde pierde al amor de su vida en manos de los nazis, y una vida adulta en la pobreza. Sin embargo, pese a todo, tenía algo que le daba felicidad: sus pinceles y sus personajes. Eso es lo que hace despertar día a día y pintar sonriente a la luz del sol que cuela por las ventanas de su cocina.
Se puede ver mucha creatividad entre los diálogos
de los animales.
Frases:
Nací con esa gracia. No fue fácil lograr esto. Primero mi
padre se oponía a que yo fuera pintora, después la sociedad con sus ideas conservadoras.
Casi me costó la vida ser como una leona que no descansa tras su presa hasta
atraparla.
También somos como los gatos, con siete vidas, pero con el
paso del tiempo algunas vidas se nos apagan como las velas en candelabros en
los castillos medievales embrujados.
Murió el 25 de mayo de 2011, a los 94 años en la ciudad de
México.
—Vine a Xilitla a quedarme para siempre. Regresé dentro de
una máscara de bronce, donde mi alma viajó para estar entre los vivos en la
selva.
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